La camiseta lo dice todo. También el maillot

Fue uno de los primeros cazados con el método para detectar EPO -en el lejano 2001- y la casualidad ha querido que su segundo positivo haya coincidido en el tiempo con la prematura muerte, a los 60 años, del científico francés que inventó el método. No es el protagonista del asunto de hoy, pero lo será cuando algún día se escriba la historia de la lucha contra el dopaje.

El protagonista de hoy es el sueco Nicklas Axelsson, de 37 años y que ya había salido en 2006 en este blog por un asunto de cáncer de testículos. Por entonces ya estaba a las órdenes de Gianni Savio, donde permaneció hasta 2008. Cada año mejoraba sus resultados, a pesar de su edad y su trayectoría médico-deportiva. Con 36 años ganaba carreras y hacía quinto en la Tirreno-Adriático, por ejemplo.

En 2009 pasó a un equipo muy menor, y es en septiembre cuando da positivo por EPO, a pesar de que es ahora cuando se conoce el resultado. Dicen que se arriesga a una sanción de por vida, pero considerando que falta un mes para que cumpla 38 años, la pregunta está en cómo era posible que siguiese corriendo.

Es una nueva tendencia en dopados: Hamilton, también doble positivo y sancionado con ocho años -no de por vida- dice que quiere volver al ciclismo; también Rebellin con casi cuarenta años; o Piepoli. El caso de Axelsson adquiere matices grotescos por su cáncer de testículos, que no fue óbice para que este compatriota de ABBA, Ikea y de los pioneros del porno explícito se siguiese dopando. Un buen ejemplo para los que piensan que el dopaje no crea adiciones.

Evidentemente, el caso pasará de puntillas porque no era un corredor muy conocido, ni de una nacionalidad muy famosa. Sin embargo, habría que inventar un nuevo término para referirse a Axelsson, puesto que ha demostrado que uno de los grandes mitos de los deportistas para doparse no tiene ninguna validez. Son simplemente razones para justificarse, sin ninguna relevancia.

El mito en cuestión es ese de “jamás haría nada que pusiese en riesgo mi salud”. Es una escapatoria frecuente entre deportistas que afirman las bondades de los tratamientos terapeúticos, las recuperaciones y su propio sentido común, en el que no dudan en apelar a la familia para no poner en riesgo su salud. Bueno, pues ahora tienen el caso de un deportista que, habiendo padecido un cáncer, se seguía dopando. Como un yonki. O simplemente como un deportista más.
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El martes el TAS inicia la apelación de Valverde al CONI por su sanción de dos años. Serán tres días donde desfilarán 19 testimonios. El presidente es Romano Subiotto, mientras que el CONI ha propuesto como vocal al alemán Haas Ullrich -asimilado como suizo- y Valverde al italiano Ruggiero Stincardini, especialista en fútbol y que fue el presidente de la apelación al TAS del CONI, saldada con cuatro años de sanción. Es importante recordar que Priamo fue condenado sin dar positivo, utilizando como prueba el testimonio de Sella. Ahora, expliquénme por qué la defensa de Valverde y su entorno escoge a este tal Stincardini. La respuesta parece bastante lógica: conoce un asunto equivalente desde dentro en calidad de presidente, y ahora hará de defensor. Como siempre pasa en estos asuntos, aprenderemos mucho de la naturaleza volitiva y mudable del ser humano.
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Vaya, el inocentísimo padre de Bani parece que sabía más de lo que su incauto hijo decía. Qué sorpresa. Dice que nunca subió a la furgoneta del equipo, a pesar de seguir a su hijo en todas las carreras. Y que este mismo le contaba todas las “curas” que le hacían. También muy interesante la parte final, en la que una repentina amnesia hace que ningún protagonista (ni el dopado ni su director) se acuerde del nombre del doctor radicado en Lucca que practicaba la mejora del rendimiento deportivo. Antológicos los Non so come si chiama. Un tizio di Lucca. Medico? Non so, ma da lui facevo solo i test y Non ricordo il nome. So solo che è di Lucca. Mientras tanto, ya se ha filtrado que el ex-profesional Alessandro Baronti -suspendido de por vida por dopaje- asesoraba al equipo de Bani.
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Vuelve Paride Grillo, el arrogante joven de pelos imposibles que en su trayectoria de sputnik acabó estrellándose: con su coche y con un parón de 15 días -que en la entrevista no se cita- por algún alimento en mal estado, de esos que te hacen subir el hematocrito sin dar positivo. Nos dicen que ya no tiene el pelo así, y que ha madurado y aprendido. Corría en el CSF de Richeze, Priamo y Sella, ahora vuelve en el Carmiooro de Ventoso. Phantástico.
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Rujano, que tras un año en un equipo-Z de su Venezuela natal ha firmado por el ISD y volverá al Giro, se considera el tercer mejor escalador del mundo tras Contador y Joaquím Rodríguez. Las declaraciones las ha efectuado al medio local Entorno Inteligente, algo francamente paradójico, porque una tontería de tal calibre sólo puede habersela dicho alguien de su entorno, alguien que desconoce que desde su fulgurante Giro de 2005 han cambiado algunas cosas.
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Pozzato, preguntado por el caso Bani, afirma que se entrena con Piepoli y así ha comprendido “su historia. No se perdonará jamás lo que ha hecho”. ¿Piepoli sigue asesorando a la gente como entrenar? ¿O quiere volver con 38 años? ¿Cómo encajan los entrenamientos de un corredor de las características de Pozzato con uno como Piepoli? ¿Qué pasa cuando sopla el viento? ¡Ay!
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De cuatro horas a 20 minutos. Veremos si la AMA lo valida y si eso se traduce en una mayor diligencia a la hora de notificar los positivos.
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Tras un ciberchat muy insulso, la traca llega con la última pregunta: “¿Cómo va ese pliegue en el ano?”. La respuesta está a la altura.
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Fantásticas declaraciones de Luis León Sánchez, donde queda reflejada la raza murciana: “En Murcia, el día que llueve no entrenamos. Eso pasa una o dos veces al año, como mucho”, lo que daría un régimen pluviométrico del desierto de Arica, el lugar más seco del mundo. Da la impresión de que se ha colado con la primera fase y después intenta corregirla. Por si acaso, se va ¡18 días! a Australia, que es algo más que una concentración: casi tres semanas. Con lo caros que salen los SMS a Valladolid desde las antípodas…
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De unos treinta corredores hemos pasado a nueve. Un saludo a los que cayeron por el camino en la gran quema del año pasado en el ciclismo portugués. Otro ha conseguido el sueño del emigrante: volver a su país, y en un equipo bueno. Muy bonitos los maillots del maillot nacional con el nombre “Liberty”, que serán convenientemente saldados. A ver si me dan +1 gratis.
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Para entender esta noticia hay que explicar que esta población es la única de su tamaño que ni tiene, ni tiene intención de tener ningún carril bici. Vetusta es en sí misma un microcosmos autoreferencial y muy orgulloso de sus identidades. Sólo así se entiende que el plan lo hayan tenido que impulsar desde la periferia del poder político municipal (¡hasta un catedrático de Derecho Constitucional!), y está por ver si se aprueba. Eso sí, para sacarse la foto con el campeón olímpico faltó tiempo. ¿La bici? ¡Eso es de rojos y comunistas!