Grandes nombres y rendimientos para pequeñas carreras y objetivos

Grandes nombres y rendimientos para pequeñas carreras y objetivos

Con abierto menosprecio siempre he considerado que lo que se disputaba antes de la Het Volk (¡ya este sábado!) no era realmente ciclismo profesional de competición, sino pruebas de menor nivel que servían para que modestos, gregarios y advenidizos consiguiesen algún éxito profesional. Por arte de magia, esa palabra tan vinculada a ese deporte, ahora ya no ganan en enero y febrero esos Markel Irizar, Francisco Cabello o Anthony Ravard, sino supercorredores que tienen sus objetivos fijados en las grandes citas del calendario, y lo hacen ante sus iguales, sorpredentemente en forma.

La tendencia se empezó a ver en 2011, cuando la difusión del pasaporte biológico y las primeras sanciones obligaron a los ciclistas a mantener altos los valores competitivos -perdón por la jerga pseudomédica- para que así no se produjesen esas alzas y bajas típicas de montaña rusa en sus valores fisiológicos. A tope todo el año, y matarile al que no aguante.… Leer más

Sagan llega a su siguiente meta

Sagan llega a su siguiente meta

Habrá que aprovechar uno de los raros momentos de concordia y unanimidad que suceden en el ciclismo para glosar el primer campeonato de mundo de Peter Sagan, un ciclista de dibujos animados capaz de ganar en solitario un Mundial sin el apoyo de su selección -solo tres miembros- y utilizando sus mejores habilidades, esas que ya le habían convertido en un ciclista de leyenda mucho antes de esta, su primera gran victoria. Que se ha hecho esperar demasiado.

El Mundial de Richmond, tan poco sugerente sobre el papel, ha resultado ser una gran edición de la gran fiesta del ciclismo por selecciones, ese único día del año en el que se corre por el lugar donde has nacido, y no por la empresa que te paga. El recorrido era muy sencillo: vueltas a un circuito de 16 km. hasta completar los 261 km. del fondo en carretera, pasando por una variedad de paisajes urbanos que iban desde la ruina industrial hasta zonas residenciales, sin desdeñar los rascacielos.… Leer más

Vísperas de sentencia

Vísperas de sentencia

Víspera de la primera montaña de verdad en el Tour, y tras cerrar el primer ciclo de la carrera, no se puede decir que la misma este muy abierta. Se puede decir que los principales favoritos llegan a la montaña con diferencias bastante abultadas, y donde Froome, líder de la carrera, está demostrado una fortaleza a prueba de todos y de todo tipo de terreno. Y ahora llega el suyo, la alta montaña.

El sábado la etapa resultó un tostón de mucho cuidado, reflejo de que el Tour de Francia ha copiado de la Vuelta para lo bueno, y para lo malo: si pones un final tan exigente como el Mur de Bretagne, impides cualquier otro tipo de movimiento. La fuga fue chiste, como lo están siendo todas en un Tour donde ninguna ha llegado a meta, y donde ninguna ha tenido un corredor que se mueve entre los cincuenta primeros ni de la clasificación UCI, ni de una etapa.… Leer más

Antes del Tour (II): Spilak y el ciclismo que cambia

Solo 150 ciclistas tomaron la salida en la Vuelta a Suiza 2015, considerada como la cuarta grande, siquiera por los nueve días de competición que conserva. Es una tendencia de hace muchos años: los mejores corredores, los que aspiran a ganar el Tour, van siempre a Dauphine o, en su defecto más defectuoso, a la Ruta del Sur. Suiza queda como pasto de corredores que no han ganado nunca una gran vuelta por etapas, y así son ya diez años.

El último ganador en Suiza que era un ganador de una gran vuelta fue Aitor González, que en 2005 ganó de una manera increíble  a Michael Rogers. El fracasado corredor vasco-alicantino, retirado antes de cumplir la treintena con etapas en las tres grandes, una Vuelta a España y esa Vuelta a Suiza y un positivo, venía de un Giro decepcionante y no fue al Tour. Curiosamente, o no tanto, es lo que ha pasado este año: el ganador final tampoco va al Tour.… Leer más

Zakarin como síntoma, Joaquím Rodríguez como enfermedad

Zakarin como síntoma, Joaquím Rodríguez como enfermedad

Joaquím Rodríguez, el corredor de 36 años que no empezó a despuntar hasta los 30 años, siempre cuenta que la carrera de sus sueños es la Lieja; si existe otra carrera que le gusta mucho es la Vuelta al País Vasco, aunque nunca lo haya dicho abiertamente: en aficionados corrió en el Iberdrola, y conoce como un local las carreteras y los localismos de la geografía vasca. Ha ganado el GP Amorebieta, ha sido segundo en San Sebastián, y este año ha ganado a su provecta edad la Itzulia.

En el ciclismo que cambia no sorprende nada el último triunfo de J. Rodríguez. Es irrelevante que anteriormente solo hubiese ganado tres vueltas por etapas (una Vuelta a Burgos y dos Voltas, estas últimas sin crono) en toda su vida deportiva; es irrelevante que lo haya hecho tras una exhibición difícil de catalogar en una crono final de 19 km.; es irrelevante que no haya habido bonificaciones; y, por supuesto, es irrelevante que lo haya conseguido en un equipo que arrasa allá donde va, y que en esta Itzulia tenía a tres corredores entre los diez primeros antes de la última etapa.… Leer más

Siete victorias en siete días para un mismo equipo

Siete victorias en siete días para un mismo equipo

Aquí hay gato encerrado, o esto no es ciclismo. A lo mejor ha cambiado en un momento de despiste, y no nos hemos enterado, pero con las cautelas que hay que tener siempre con este deporte, lo del Katusha no es normal: en el arco de siete días han ganado siete carreras, en una solución de continuidad que no entiende de edades, modalidades, tiempos o las más mínimas formas.

Lo habíamos dejado con Paolini ganando la Gante-Wevelgem a los 38 años, y dando un recital en los últimos 15 km. En el vídeo de la prueba se ve como va moviendo un 53×11 en los últimos km. Había viento de culo, el mismo viento huracanado que había azotado a los corredores, y el que quiera aferrarse al I want to believe siempre puede creer en algo tan poco asible como el viento. El auténtico vendaval empezaba dos días después.

El supuesto jefe de filas de Paolini, que ese día le dio vía libre, empezó ganando la primera etapa de La Panne.… Leer más

Gana Degenkolb y siempre gana la Milán-Sanremo

Gana Degenkolb y siempre gana la Milán-Sanremo

De las 6h y 45´ que duró la Sanremo 2015 (43´27 km/h de media) al menos seis horas se disputaron bajo una persistente e intensa lluvia; no fue tanto como el año pasado, pero por algo el ciclismo es el deporte más duro, la Sanremo la carrera que mejor encarna lo de ser un deporte de resistencia, y la gloria que otorga la mayor posible tras el Tour de Francia. Ningún otro deporte de alto nivel ofrece tal variedad de recorridos, circunstancias, entrega y vértigo. Eso por delante. Ayer fue un monumento de carrera, y no una carrera-monumento, que sólo puede traer nuevos aficionados a este deporte centenario.

Cuando la televisión conectó quedaban 100 km. para meta, y los ciclistas todavía lucían los aparatosos ropajes para combatir la lluvia. Alguno los lució hasta la Cipressa, 80 km. después, cuando ya splendeva il sole sobre la Riviera ligur y la carrera se estaba decidiendo.… Leer más

Una Sanremo para premiar a los valientes

Una Sanremo para premiar a los valientes

Hace unos meses se supo que la Sanremo de 2015 volvía a ser la carrera que era hasta 2007, cuando Freire fue el último ganador en Vía Roma; a partir de entonces, y supuestamente por unas obras, se llevó el final de la prueba al Lungomare Italo Calvino, estirando la parte final y propiciando, aún más, un sprint; en 2010 ese demente llamado Angelo Zomegnan metió Le Manie, un puerto a 90 km. de meta, cuya principal dificultad estaba en la bajada; en 2014 el desgraciado de Michele Acquarone había dejado todo previsto para subir Pompeiana, una subida muy dura entre la Cipressa y el Poggio. Afortunadamente, nunca se llegó a subir y Acquarone está despedido, siquiera fuese por haber llevado a cabo el atropello de 2013.

La Sanremo, la mejor carrera de un día del mundo, la única carrera que supera los 270 km. de distancia hasta llevarlos hasta la cifra casi fantástica de 300 km.… Leer más

Morir en la orilla

Morir en la orilla

Morir en la orilla es la expresión que mejor refleja lo vivido ayer en la espectacular etapa entre Tallard y Nimes, 223 km. de etapa. Y de fuga. Es el fenómeno que les vengo explicando: ya no se disputa la fuga del día. El primero que lo prueba, se va. Para alguien tan infeliz y tan amigo de la omertá como Pedro Horrillo, este extrañísimo fenómeno tiene explicación, y tiene la cara de balbucear esa explicación en un primer párrafo para la antología del absurdo.

Primer km., y se van los héroes del día en una etapa que todos los aficionados al ciclismo recordaremos. Los que no lo son ya empezaron el día criticando que un domingo no hubiese montaña, porque son así: españoles y poco amantes del ciclismo. La etapa era un escaparate para el lucimiento paisajístico de lo mejor de la Provenza, y que mejor que en uno de los días de más audiencia natural, y no inducida por piedras o asperidades orográficas.… Leer más

Talanski eclipsa a los ganadores de etapa

Talanski eclipsa a los ganadores de etapa

Los ciclistas reanudaron la carrera tras la jornada de descanso en Besançon, apenas dos etapas antes de la primera jornada alpina, hoy mismo y con final en Chamrousse, donde la famosa cronoescalada de 2001. Sí, aquella donde Óscar Sevilla, debutante en la carrera, acabó 5º. Es fácil acordarse porque,  desde entonces, el Tour sólo ha tenido una cronoescalada más, y en el lejano 2004. Se subió Alpe d´Huez, y Santos González acabó 5º. Normal que no hayan querido volver a esta modalidad.

En un Tour tan entretenido como el que estamos viviendo, las mal denominadas etapas de “transición” (o de siesta, para el Dúo Cómico de TVE y Alberto Contador) resultan más entretenidas que las jornadas-clave. El miércoles el recorrido iba paralelo a la frontera suiza, por la región del Jura, y la espectacular realización ofrecía grandes imágenes de embalses, bosques, pueblos cuidados y ambiente prealpino, mientras la desgracia de Carlos de Andrés y Probenecid decían que, para estar tan verde, tiene que llover mucho, un comentario que podría firmar un simio.… Leer más