En la estela de Tom Simpson

El maillot del Sky

 El jueves pasado la Paris-Niza llegó a Mende, cima mitificada por Manolo Saiz, los franceses -porque ganó allí en 1995, la única de sus cuatro victorias de etapa en el Tour en una etapa trancendente- y por cierta parte de la afición ciclista, la misma que alucina con los porcentajes exagerados y con el espectáculo de la última rampa, que suele ser la rampa de lanzamiento para el corredor más sputnik del momento.

Tal mérito corresponde al sorprendente e inefable Lieuwe Westra, toda una vida como holandés del montón -grande, rodador, anónimo- y que en el Vacansoleil de los amores ha experimentado una mejoría que linda con el cambio de paradigma, puesto que ahora es el mejor escalador y el mejor cronoescalador del pelotón. En su equipo comparte características con De Gendt, Hoogerland o Poels, todos capaces de hazañas similares.

Westra ya estuvo escapado el día anterior, y sólo fue neutralizado en los kilómetros finales por un pelotón (perdón, Movistar) desatado.… Leer más