El Giro de Hindley

Mañana alguno de esos indocumentados que vomitan en Twitter cosas como “ánimo a todos los ciclistas” o “viva el Landismo” dirá eso de que mal se pasa el primer lunes tras una gran vuelta. Imposible hacerles entrar en razón después del tremendo bodrio que ha sido el Giro 2022, una de las peores ediciones de la carrera. Están programados para escupir consignas generalistas, y nada les hará cambiar de opinión.

Una gran vuelta sale horrible por el dominio incontestable de un corredor/equipo (ver lo ocurrido durante el Armstrognato) o por la incapacidad/conformismo de sus supuestos rivales para atacar; en cuanto al día a día, sale horrible por ausencia de competitividad en las etapas, bien por dominio de un sprinter, o por la negligencia del pelotón para dar un espectáculo mínimamente acorde.

El Giro 2022 entra claramente dentro de la categoría del conformismo. De todos, dado que la fuga ha llegado en la mitad de las etapas, y que solo ha habido batalla entre los líderes en dos etapas: en la de Turín y en la Marmolada.… Leer más

Tres semanas sublimadas a tres kilómetros

Aquí ya se llevaba tiempo avisando que la posibilidad muy cierta de un vuelco en las últimas etapas no cambiaría el balance de que ha sido un Giro pésimo, aborrecible, una de las peores grandes vueltas de lo que llevamos de siglo. Eso quedó establecido, remarcado y remachado hasta los tres últimos kilómetros de la Marmolada: no podía haber sido peor.

Los favoritos tenían únicamente dos etapas de montaña para cambiar su situación en la general, bien sea incrementando su renta de tiempo, reduciendo la diferencia, o haciendo algo que justificase su posición en la carrera. Bien, pues desaprovecharon todas las oportunidades existentes, como en un pacto tácito para no hacer nada hasta que llegase lo último, sea recta infinita al 11%, sea crono en Verona.

El mejor ejemplo es la etapa semieslovena subiendo el Krivolat. Se dejó ir a la fuga -y, por tanto,  la posibilidad de sumar bonificaciones- de una manera absurda, casi tanto como la resolución de la misma.… Leer más

Un Giro decepcionante

Un Giro decepcionante

Ya ha pasado más veces (en 2016 o en 2018), y no creo que compense. De momento el Giro de Italia está siendo una gran decepción, y ni una última semana fantástica con cambios, alternativas y hundimientos parece que pueda compensar lo visto hasta ahora.

Hasta el Giro ha llegado la peste de las fugas pactadas con los equipos continentales, pero asumidas entre todos, para convertir las etapas llanas en un aburrimiento televisado continuo; en las de montaña hay más variedad, pero tampoco excesiva. El pelotón ha consumido dos etapas que podrían haber sido claves sin ningún momento significativo, lo que indica una relajación total en sus funciones. Ese tiempo, como todo el tiempo en sí mismo, jamás se recuperará.

Tomemos como ejemplo la etapa de Potenza, con 4500 metros de desnivel acumulado y un recorrido que en otras ocasiones pudo haber deparado un cambio de líder, colocar a un corredor peligroso cerca de la general y esas cosas que antes pasaban en el Giro, en etapas menos exigentes como las que llegaban al Gargano.… Leer más