Argumentos de barra de bar (literaria)
El otro día oía que nuestra crisis política e institucional se puede explicar poniendo a Bankia en el centro, y que tarde o temprano saldrá un tentáculo que vinculará a la amalgama de CajaMadrid con los bancos del Levante español, un pufo que ha costado al contribuyente -y seguirá subiendo- decenas de miles de millones de euros, una cifra fabulosa bajo cualquier consideración.
Antes de esto, CajaMadrid era el brazo armado del PP en cuestiones económicas, con una generosa partida para eso que se llamaba caritativa y decimonónicamente “obra social”, que iba desde cuidar ancianitos a mantener centros culturales de élite y de barrio, pasando por ediciones culturales sin ninguna viabilidad comercial, restauración de patrimonio, ciclos de música dignos de Viena (¡no vamos a ser menos que nadie!) y un mensual llamado Revista de Libros.
Remedo e imitación de sus semejantes en el mundo anglosajón, la publicación jamás llegó ni a la altura del betún de esas “inspiraciones”, pero no dejaba de ser algo interesante en el panorama cultural español; con una marcada tendencia al conservadurismo rancio -entre sus firmas se encuentra alguien tan deleznable como Rupérez, de profesión diplomático y, especialmente, amigo de Aznar-, una nauseabunda sección de crítica literaria y, esto es lo bueno, al menos dos artículos por número que justificaban la compra, echó el cierre en los primeros compases de la crisis que hundió la institución histórica que la mantenía, y cuyas raíces se remontan al siglo XVIII.… Leer más