Lloverá en Roubaix, se abren las apuestas
Este domingo se pone fin al ciclo del adoquín con la disputa de la París-Roubaix, la única carrera que un no aficionado al ciclismo sabe reconocer. 50 kms., de un total de 260, pasan por antiguos caminos de carros. Este año se prevé lluvia, y abundante, como pasó en la edición de 2002. Cuando eso pasa, se trastocan todos los planes y sale a relucir una carrera diferente, emocionante e irrepetible.
En la primera línea de favoritos están nombres muy conocidos. La Roubaix es muy selectiva en sus aspirantes, pero aún más en la gente que la repudia. Hay muchos corredores que jamás la han disputado, por el riesgo de caídas y porque el adoquín solo acepta amor u odio, nunca términos intermedios. El máximo favorito es el CSC, que para algo ha ganado la carrera en los dos últimos años y, en ediciones anteriores, rozó el larguero con gente como Hoffman, Hoj o Michaelsen.… Leer más